Saturday 6 November 2010

La guerra y los Libros

Luis Bernardo Yepes estuvo este martes en el Instituto Profesional Carlos Casanueva. Como parte de una iniciativa organizada por el Centro Bibliotecario de la Corporación Municipal de Puente Alto y financiada con el Fondo del Libro y la Lectura 2010 del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes también estuvo en la biblioteca de Puente Alto presentando su exposición “Caperucita Roja Te Amo, Mi Colección en Puente Alto” junto al diseñador Omar Ruiz. En el encuentro del día martes, nos habló acerca de sus experiencias como bibliotecario en Medellín, “una ciudad en guerra”. Luis Bernardo transmitió a los presentes sus vivencias y experiencias personales pero también levantó advertencias acerca de la vocación del bibliotecario y promotor de la lectura.
Intercalando poemas con extractos de su libro autobiográfico “La promoción de la lectura en tiempos aciagos” nos llevó en un recorrido personal como promotor de la lectura incluyendo sus cuestionamientos, dudas y críticas a esta vocación. “Mi objetivo va más allá de la conformación de una sociedad lectora. Lucho por cambiar la realidad de mi país. Promuevo la emancipación de los seres y la lectura es nuestro medio”. Uno de los temas mas complejos de esa tarde, fue la discusión sobre el poder transformador de la lectura. En un contexto de violencia institucional y armada, donde la lectura puede ser vista como un lujo al que no puede equiparársele el tener trabajo, alimentar a la familia o mantenerse con vida, Luis Bernardo indica que la lectura es tan vital como cualquier otro bien para sobrevivir. Por eso la pregunta ¿por qué la lectura es fundamental para las sociedades? ¿En dónde se encuentra su poder transformador? ¿En proveer el acceso al código o el acceso a la información? En una sociedad donde la información y el conocimiento proveen los medios de superación de la pobreza, la lectura deja de ser un placer y un lujo para ser un vía de emancipación y de cambio. Sin embargo, él mismo cuestiona a la vocación cuando indica que la lectura no hace bueno a nadie y que el ser buen lector no incide en la calidad moral de los individuos. Es decir, no porque alguien lea mucho se ha hecho mejor persona, lo que nos habla de la inutilidad de darle a la lectura una intención moral. Si bien la invitación a la lectura ha estado, históricamente, marcada por la enseñanza de valores, su aporte es mas amplio que eso. La lectura te da acceso al conocimento. Y ese acceso al conocimiento te permitirá, eventualmente, ganarte la vida. En forma mas elevada, Luis Bernardo indica que la lectura nos ayuda a quitarnos la venda de los ojos y "la suma de individualidades sin ceguera" podría generar el cambio.
Al referirse a Chile reconoció que se han hecho muchas cosas en torno al fomento y la animación a la lectura y que envidiaba el que el gobierno se hubiera comprometido con dinero y apoyo para estos fines. Sin embargo, indicó que faltaba trabajo en equipo. El trabajo, como nuestra geografía, se habría fragmentado.
Agradezco a Juan Bernardo su visita y, especialmente, la sinceridad con que se ve a si mismo y a su vocación. Fue un encuentro inspirador que, como las mejores exposiciones, mas que darle una respuesta a todo, abrió muchas preguntas.

Friday 29 October 2010

Photoshop es una Máquina del Tiempo


Hace un tiempo leía en Smashing Magazine acerca del "Agonizante arte del diseño" y las réplicas de la introducción de programas digitales en el diseño y la ilustración. Personalmente no suelo adherir a las muchas alertas de desastre que el uso de las nuevas tecnologías levanta en las áreas de las artes tradicionales. Este artículo hablaba acerca de la tendencia creciente de los diseñadores a dejar de lado estrategias manuales de creación (incluso visualización) y a utilizar cada vez más programas de diseño y creación como Photoshop, Illustrator e InDesign. ¿El problema con esta tendencia? que los diseñadores se conviertan en "toolies" o individuos que navegan de una aplicación a otra sin apropiarse de ninguna, confundiendo el proceso de creación con el de ejecución; las habilidades manuales como el bosquejo y el collage son muy utiles en la etapa de creación del concepto y de composición inicial mientras que manejar una serie de programas de diseño parecen ser más útiles al momento de ejecutar. El autor advierte sobre los peligros de mal utilizar las tecnologías del diseño, y de caer en el engaño de que saber usar efectos en Photoshop es lo mismo que resolver y comunicar eficazmente un concepto.
A pesar de que esta advertencia puede ser necesaria, lo que a mi me ha interesado desde que comencé a pintar digitalmente es que Photoshop es una máquina del tiempo. No sé si antes alguien ha conceptualizado así la experiencia de pintar digitalmente pero para mí es definitivamente un fenómeno sensorial y cognitivo digno de la ciencia ficción.

Vamos por partes. Para quienes nunca han pintado digitalmente el proceso es más o menos así aunque varía de persona en persona:
- El lienzo es una superficie plana en disposición vertical que es la pantalla de tu monitor. Esta pantalla es luminosa.
- Las herramientas de pintura son variadas y pueden ser un pincel, lápiz, brocha, cubo de pintura, difuminador, goma de borrar, etc. Es decir, elementos que quieren ser análogos a herramientas que se usan para pintar en la realidad. Dependiendo del programa, tienes más o menos herramientas o en diversos formatos.
- Mi proceso creativo consiste en escanear las líneas o el boceto junto con las texturas pintadas previamente en acuarela o acrílico o pastel o carboncillo. Luego me dispongo a hacer un collage digital. Algunas veces pinto todo digitalmente y otras veces utilizo las texturas en mayor medida.

Tradicionalmente el proceso de creación artística dependía exclusivamente de la manualidad. Y por manualidad me refiero a esa comunicación visomotora en la cual el concepto y la composición de la imagen se van construyendo a medida que se plasman en una superficie. Es un ejercicio a tiempo real, donde el artista autoregula su propia producción en el momento que la genera. También es un ejercicio de ejercitación mental y de autocorrección constante, donde se observa el producto creado y se van haciendo correcciones en composición, concepto e incluso, en color o tonalidad. Quienes trabajan con collage u objetos encontrados pasan por un proceso similar que involucra armar las piezas como un rompecabezas hasta encontrar la solución visual adecuada. Con la aparición de programas de creación de imágenes digitales estos procesos se han visto alterados en aspectos que aún no entendemos completamente. No me voy a referir extensamente al arte digital ya que parece que en los blogs uno no se refiere extensamente a nada, pero sí quiero referirme a que la producción de objetos de arte, ya sean ilustraciones, instalaciones, fotografías, videos, etc. digitales poseen una estética propia, que no se parece a nada producido en forma análoga. A pesar de que muchos programas de ilustración se promocionan a través de la promesa de la imitación de técnicas análogas (en especial la acuarela) la verdad es que la estética propia de lo digital se deja ver. Y se deja ver en esa condición esencial de todo objeto producido o retocado digitalmente que es que instala la duda en tu cabeza: ¿cómo está hecho eso? o ¿es eso acuarela o...?. Es en el lugar donde se instala esa pregunta que surge la estética de lo digital, a pesar de que en muchos ámbitos la producción digital de imágenes se encuentra identificada y asumida, y me refiero al diseño, a la fotografía y a la ilustración. Digo esto porque creo que el verdadero valor de la ilustración digital no está en la imitación de lo análogo sino en la exploración de esa estética que surge de la incertidumbre de sus materiales.


¿Qué tiene que ver esta idea con los saltos temporales? y es que creo que, a nivel particular y como experiencia personal, el proceso creativo digital está marcado por los viajes en el tiempo. No es lo mismo generar una imagen estando sujeta al tiempo real de producción y retroalimentación que te da el bosquejarla sobre un papel que generarla en una pantalla con un programa que te permite borrar todo vestigio de lo que hiciste anteriormente y, es más, borrar lo que borraste y volver a donde estabas en un principio. Esta capacidad de viajar en el tiempo no solo abre extensamente el campo a la experimentación sino que, además, incide en la forma en que aprendemos a pintar digitalmente. Si hay un espacio en el cual la frase "la práctica hace al maestro" cobra sentido es en el ámbito de las artes. En nuestras manos tenemos una herramienta que modifica la forma en que aprendemos con cada práctica, con cada nueva imagen que creamos (como toda herramienta análoga) sin embargo ésta lo hace modificando nuestros esquemas temporales.
Me explico; Primero, el concepto de error no es asumido completamente al trabajar digitalmente una ilustración; podemos retocarla y deshacer errores hasta el infinito lo que elimina la condición de definitivo de una intervención. Esto lleva a que no evaluemos con la misma intensidad una intervención que si lo hiciéramos con medios digitales, ya que el impacto es reversible. Segundo, la experimentación es libre, debido a que podemos volver atrás y arreglar lo que salga mal; el concepto de experimentación disminuye su riesgo. Y, por último, el concepto de incertidumbre. Se suele creer que al utilizar medios que nos permiten volver atrás en el tiempo no existen los "errores felices" o aquellas equivocaciones que, usando medios análogos, resultan en un efecto o impacto no buscado pero que se obtiene de todos modos y nos gusta. Quizás la consecuencia mas rebatible es esta última. Podemos obtener "errores felices" utilizando medios digitales. Tan solo tenemos que manipular las herramientas con cierta incertidumbre. Utilizar programas digitales nos lleva a pensar que estamos en completo control de nuestro producto, de modo que hay que introducir el error en forma intencional, pero descontrolada. Lo que suelo hacer es cortar una textura en forma rápida y desprolija, o convertir brochas utilizando selección de gamas de colores en vez de utilizando la pluma. Pequeñas tecnicas como éstas nos permiten generar efectos desconocidos al momento de crear imágenes digitales y, como podemos viajar en el tiempo, deshacer si no nos gustan.

Aún queda mucho por explorar en relación al proceso creativo digital. Por ahora me conformo con realizar saltos temporales domésticos, y a convencer a mi cerebro con que la habilidad de deshacer los errores está sobreestimada.

Wednesday 27 October 2010

Las Imágenes Mudas

Las imágenes no necesariamente tienen que ser visuales. Hay imágenes táctiles, olfativas y palatinales. Hay imágenes que son creadas en nuestro cerebro, con estímulos externos muy discretos e imágenes que nos asaltan con los ojos cerrados. Por ahora me dedicaré a las imágenes convencionales, aquellas que percibimos a través de nuestro aparato visual y que procesamos en nuestro cerebro y que, generalmente, tienen dos dimensiones y se encuentran impresas en papel o creadas en una pantalla.

En nuestra sociedad, es innegable que la imagen se ha convertido en una de las formas preponderantes de comunicar información. Sin embargo, el dominio de la imagen se contradice con su casi irrelevante presencia en el curriculum de las escuelas. Esta ausencia ha convertido a las imágenes y, por lo tanto sus dominios, en un terreno ajeno a la educación formal, dejando el texto y las palabras dentro de la escuela y a todo lo demás, en la puerta. Sin embargo, no quiero sonar determinista y tengo la impresión que, de la mano de las nuevas Tecnologías de la Información, las imágenes están entrando a raudales al aula. De este modo ahora podemos ser presas del otro fenómeno; llenarnos de imágenes vacías de contenido o, aún peor, que nadie pueda leer.
La alfabetización visual es un concepto heredado de los años 50`s (aunque el término fue acuñado en los 70`s) que se ha modificado y ha sido largamente debatido desde su utilización en publicaciones especializadas. Sus orígenes no son, sin embargo, ingenuos y buscaban en cierto modo proteger a los jóvenes del bombardeo mediático de las imágenes. Enmarcada dentro de una lectura crítica de la imagen y liderado por investigadores como John L. Debes, Clarence Villiams, Colin Murray y Turbayne su propósito era introducir la alfabetización visual como parte del curriculum de las escuelas, en forma transversal. Para propósitos puramente didácticos me arriesgaré a una definición de alfabetización visual que reza: “grupo de competencias que permite interpretar y componer mensajes visuales”, es decir, una persona alfabetizada visualmente es capaz de identificar los elementos constitutivos de las imágenes, del sistema simbólico usado y describir la experiencia o evento visual” (Villa, 2008). Definición bastante amplia que permite ir desde la semiótica de las imágenes hasta la comprensión que las diversas técnicas y el uso del color tienen en la comunicación de contenido. Aún más, Rudolph Arnheim indica en su clásico libro "El pensamiento visual" que el pensamiento visual es la base para cualquier tipo de pensamiento, de modo que el lenguaje visual puede entenderse como la exteriorización de un pensamiento visual asentado. Enseñar a leer imágenes, por lo tanto, no es solo un ejercicio estético sino un recurso cognitivo relevante y, podríamos decir, fundamental para el desarrollo del pensamiento.

En el escenario actual, con las tecnologías de la información obligando a los docentes a interiorizarse del lenguaje de las imágenes el tema se hace transversal a todos los contenidos escolares y no solo al ramo de artes visuales. Por ende, la percepción visual no es algo intuitivo; no porque tengamos un aparato visual podemos leer imágenes. La percepción es algo que sucede porque poseemos un aparato visual pero leer imágenes es algo que debe ser aprendido. Como dice Serafini; para leer imágenes necesitamos las mismas habilidades que se necesitan para decodificar un texto escrito. Quiero insistir en que la alfabetización no se basa solo en un ejercicio de apreciación estética, aunque estos ejercicios son esenciales por sí mismos; un idnividuos capaz de leer y decodificar imágenes ampliará su desarrollo cognitivo porque podrá incluir mayor información en su repertorio de conocimientos, así como capacidad de procesamiento de tal información. Ortega (1996) ha realizado una serie de experimentos en torno a un programa de alfabetización visual que le ha permitido observar que individuos entrenados visualmente procesan mejor la información que reciben de estímulos visuales y aumentan la independencia cognitiva de sus pensamientos; son más críticos con respecto a lo que ven y mas analísticos en torno a sus relaciones. Así como aumento en sus competencias perceptuales y atencionales.

De este modo, hemos hablado de las bondades de la alfabetización visual en la educación formal. Es innegable que los beneficios obtenidos de la alfabetización visual son deseables de ser incluidos en cualquier curriculum escolar. ¿Por qué, entonces, su ausencia?
Una posible razón es que la alfabetización visual se encuentre ligada y reducida a las artes visuales. Considerando que las artes visuales también entregan habilidades transversales a todas las otras asignaturas es un poco injusto pensar que, por relacionarla a ellas, la alfabetización visual se ha visto olvidada, pero ésa es una lógica común. Otra razón es histórica y es que las imágenes en la educación han tenido un papel secundario a la entrega de contenidos. Una muestra de esto es que, a medida que los niños crecen las imágenes ilustradas comienzan a desaparecer de los textos escolares y a ser reemplazadas por fotografías y a disminuir su número. Otra razón es su necesidad. Si se considera que las imágenes son mudas o accesorias, ¿para qué enseñar a leerlas? Styles y Arizpe en su investigación "Niños Interpretando Imágenes" nos dicen que los niños son capaces de integrar las multiples narrativas que las imágenes sugieren a la comprensión de la historia así como comprender elementos como la ironía a través de la lectura de imágenes. Sin embargo, al comparar el mismo conocimiento que esos adultos tienen sobre las imágenes se observa una pérdida de ese conocimiento, al sindicar las ilustraciones de los libros como accesorias.
Ene ste escenario me dan ganas de proponerle a las escuelas que grafiquen su conocimiento, aquél que quiere transmitirle a los niños. Que pintemos murales que apelen al conocimiento, a lo que es importante saber y a lo que es importante recordar. Angkor Wat, esa ancestral ciudadela que descansa en Camboya, tiene las paredes del muro exterior llenas con imágenes en relieve. Estas imágenes narran la historia de la creación de ese imperio. Tatuadas en la piel de su recinto mas sagrado, la civilización Khmer se encargó de dejarle un legado, no solo a sus niños, sino a todos nosotros. Y lo hizo a través de imágenes.



El Libro Navegable

Cuando buscamos definiciones sobre el Libro Álbum no es raro encontrarse con los términos Libro Postmoderno, Libro Infantil, Libro Ilustrado y Libro de Imágenes, utilizados indistintamente o con las diferenciaciones necesarias. Cabe advertir que en la traducción del inglés al castellano se cae fácilmente en la confusión, ya que el término "picturebook" es utilizado indistintamente como texto ilustrado y como libro album por muchos autores.
Este tipo de libros, donde las imágenes y las palabras se unen para construir una historia, (o varias en muchos casos) no es algo nuevo. Desde el Orbis Sensualium Pictus de Comenius hasta los libros mas actuales como Los Conejos de Shaun Tan y John Marsden contamos con más de 400 años de libros para niños, donde la imagen y el texto se unen para contar una historia. Particularmente interesante es el Orbis Sensualium. No considerado un Libro Album, al menos no intencional, creo que es un referente esencial ya que las imágenes que utiliza para ilustrar los textos son representantes de las creencias y la cultura de ese período histórico particular. Es un hermoso ejemplo de transmisión de la cultura a través de imágenes, donde el texto hace lo mismo pero con sus propias metáforas.

A pesar de que los Libros Album han estado a nuestro alrededor por un tiempo, es en décadas recientes que su lugar se ha oficializado como un "nuevo" género dentro de la literatura infantil. No es mi intención hacer una descripción exhaustiva de la terminología asociada al Libro Album sino presentar las diferentes aristas que convergen en torno a este género. Históricamente, la palabra en inglés "picture book" refiere a un tipo de libro dentro de la literatura infantil que contiene imágenes y textos que están, generalmente, dirigidos a niños entre 0 y 6 años. En castellano llamamos a ese tipo de libros Libro Infantil Ilustrado y, dada la alta presencia de imágenes como recurso narrativo, su población objetivo ha sido históricamente niños pequeños. Libro Album, como lo entendemos en castellano, refiere a libros que se caracterizan porque la imagen y el texto cuentan una historia en conjunto, en interdependencia y desde sus propios códigos. Asimismo, tanto el diseño, formato como uso de la tipografía se encuentran al servicio de la historia, interactuando con el lector. Picture Book, en inglés, refiere a un amplio número de libros infantiles (incluidos el Libro Album y "Postmodern Picture Books"). Esta última definición hace alusión a un género de libros al interior de la Literatura Infantil que se caracteriza por utilizar narrativas no lineales, alto contenido metaficcional y con ilustraciones que pueden entregar la misma información que el texto, complementarlo o contradecirlo. Personalmente, creo que la característica mas relevante de este tipo de libros es que hacen que el lector tome conciencia de la estructura del libro, develando los mecanismos de construcción de la historia y evidenciando lo ficticio de la obra. Sin embargo esto no es lo mismo que Libro Album, más bien es un tipo de libro que podría considerarse como parte de éstos y que, como Teresa Colomer propone, evidencian el carácter experimental narrativo de muchos de estos libros.

Otras aproximaciones que enriquecen la comprensión del Libro Album vienen de su utilización en el contexo educativo. No es un secreto que los Libros Infantiles tienen un doble objetivo; introducir a los niños a la lectura y entretener. Los Libros Infantiles como apoyo a los docentes y a la iniciación en la lectura es una cualidad que no ha tardado en traspasarse a los Libros Album. En las últimas décadas la utilización de Libros Album al interior de las salas de clases se ha incrementado, tanto en países angloparlantes (Canadá. EEUU) como en Europa y, por supuesto, en América Latina. Las bondades de la utilización de este tipo de libros se predican junto con las muchas controversias y críticas que se han levantado en torno a elementos como su sofisticación estética, narrativas no lineales y abordaje de temas controversiales que, históricamente, han sido considerados imapropiados para los niños. Volveremos a este punto en detalle en otros posts.

Frank Serafini es un profesor de la Universidad de Arizona que expresó, hace algunos años atrás, que los Libros Álbum, mas que leídos, son "navegados". No en el sentido de timonear un barco sino en el sentido que se utiliza para buscar información en Internet. De este modo propone que los Libros Album son objetos multimodales, que hablan a una multitud de sentidos y no solamente a nuestros ojos y que se necesita poseer una serie de habilidades previas para poder acceder al conocimiento que poseen. El concepto de objeto multimodal se usa para designar textos que utilizan una variedad de formas visuales y textuales para comunicar información. Dado que los Libros Álbum se caracterizan por una sinergia entre imagen y texto y contienen elementos que inducen a la oralidad o actuación, es comprensible que sean considerados de esta manera. Sin embargo, este estatus no parece ser considerado conscientemente al interior de las salas de clase y, mucho menos, sus implicancias. Si bien las imágenes son consideradas uno de los vehículos preponderantes para comunicar información en estos días, también es cierto que la imagen ya no viene sola sino inserta en un conjunto de otros textos multimodales.
Así que una forma de conceptualizar el Libro Álbum es en el contexto de la sociedad de la información, como un objeto que contiene textos multimodales y que, de acuerdo con Frank Serafini, puede funcionar como un puente entre la enseñanza formal de la lectura y los textos multimodales a los que los niños se ven enfrentados en la sociedad de la información. En este sentido el Libro Álbum se asemejaría al libro-juguete, ese que se le entrega a los niños muy pequeños para que experimenten con todos sus sentidos, sin esperar que se sienten en silencio a hojear sus páginas.

A pesar del entusiasmo creciente por este tipo de libros hay algunos elementos que deberíamos considerar, y es que dado su carácter transgresor y experimental existe el peligro de que estos libros sean idealizados en cuanto a sus posibilidades. Si bien son una herramienta deseable de formación lectora, ya sea textual o de imágenes, de apreciación estética y de desafío cognitivo y emocional no reemplazan a labor de un mediador, en este caso un adulto, que ayude a los lectores a elaborar los aspectos mas controvertidos de las temáticas presentes en este tipo de libros. Como experiencia personal muchas veces me he encontrado con que se utiliza este tipo de libros para tratar temas como la inmigración, la violencia sexual o el suicidio pero delegando la responsabilidad de introducir el tema al libro (su autor e ilustrador) en vez de utilizar el libro como un apoyo a estos temas. Ese, también, es material para otro post.

Por ahora me contento con haber expresado algunas definiciones y conceptualizaciones relevantes para la comprensión del Libro Album. Este género y su relevancia no han de dejar indiferentes a quiénes nos interesamos por el desarrollo integral de los miembros de nuestra sociedad. Adultos inclusive.

Wednesday 13 October 2010

El Primer Post

El primer post es la introducción. Así que así lo haremos.

¿Qué es ilustrar? ¿Qué es mirar? ¿Qué significa traducir aquello que penetra por los ojos en una mirada que comunica, que enseña?
No es un misterio que, a través de la mirada, aprendemos, comunicamos y enseñamos. Podemos indicar sin usar manos y convocar sin usar palabras ni gestos. La mirada es in instrumento tremendamente poderoso de evolución cultural. Junto con la mirada tenemos la mano. Ese organismo que parece tener vida propia a veces, que es capaz de sujetar, acariciar y crear. Los diálogos entre los ojos y las manos pueden forjar maravillas y así lo atestiguan años y años de cultura visual, de arte, de música. Cansada de que estos diálogos maravillosos se pierdan en la maraña de discursos donde solo el cerebro tiene un papel preponderante me dedicaré a recopilar todo lo que encuentre acerca del poderoso arte de la ilustración y todo lo asociado a ella, particularmente en el ámbito de la educación y la ilustración dirigida a niños.